miércoles, 6 de julio de 2016

Hay de todo aún cuando hay nada.


Sos lo más dulce, amargo e inesperado que la lengua de mi vida ha probado.
Le ponés ritmo al tiempo de mi existir.
Tus acciones y no acciones le ponen contratiempos al compás de mis días y los hacen sonar bien.

Sacás mi lado cursi y a la vez me provocás un equilibrio agrio,
porque no puedo dar algo bueno sin dar algo malo, o quizá sí pero no sería yo sin ese balance.

Gracias por adornar todo, por estropear todo.

No hay nada más hermoso por ahora.
Bueno, en realidad sí; pero este desorden es lo que más me gusta.
No puedo decir que es dañino porque ni siquiera existe, pero gracias.

Los poros de mi piel están erectos, tú los excitas.
No hay mucho, a decir verdad no hay nada.
No hay nada más que un equilibrio preciosamente desequilibrado.
Solo hay canciones, muchas canciones, mucha música... que extraño.
Pero lo que más suena es el vacío, la inexistencia... un todo contenido en nada.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario