miércoles, 22 de junio de 2016

El amor en tiempo de las Apps



Lo abstracto de nuestra era nos hace emocionarnos por una notificación que lleve el nombre de esa persona que nos hace estremecer, sonreír, sonrojar, que nos enchina la piel y eventualmente enojar... vaya, esa persona que es o nos gustaría fuere, nuestra "pareja".

No puedo mentir, me he dejado envolver por ese manto tecnológico, abstracto, intangible pero muchas veces más poderoso y efectivo que lo palpable. Me he dejado envolver no muchas sino tantas veces que se han convertido en años.

Es cierto, todas esas herramientas han sido agentes de cambio y en mucho han ayudado al mundo; pero volviendo al terreno emocional-sentimental, realmente no he tenido ninguna experiencia genuinamente positiva a corto, mediano o largo plazo.

Lo digo con considerable frecuencia "no digo ni hago lo que no siento" y por esa creencia mía, me dejé llevar muchas veces por el impulso de postear, comentar, etiquetar... y demás verbos que me hicieran demostrar virtualmente mis sentimientos hacia el tipo ese que me gustaba o que era algo mío. (¡Ahora le digo "tipo" y un día "mi amor" era lo más soft en mi escala de cursilerías!). He querido al punto de "indicar que teníamos una relación". Supongo que es una cuestión de evolución, ambos quisimos en su momento, marcar nuestro territorio.

También suelo decir que "se me hace difícil ser expresiva, que me tomo mi tiempo para mostrar mi lado cursi, romántico y detallista." Por mucho tiempo pensé que era algo malo, y que esa era la razón por las que mis relaciones no funcionaban, porque no dejaba fluir mis sentimientos desde un principio sino hasta después de darme cuenta que esa persona se alejaba por mi "frialdad". El número de relaciones que he tenido es contable con una mano pero me he esforzado en no cometer los errores que cometí con la persona anterior. Si cada ex pudiera ver cómo soy con cada actual seguramente se sorprendería. Pero bueno, el punto es que si bien es cierto hay que vivir el presente, también lo es que deberíamos ser un tanto maduros y no irnos de boca como dice mi papá y en medida de lo posible, mantener un equilibrio.

Día a día me topo con imágenes, comentarios y demás... sobre lo que cada quien espera de un hombre o una mujer. He de confesar que muchas de esas publicaciones realmente llaman mi atención y me hacen sentir identificada; por ahí alguien dijo "no te voy a pedir... y describía una infinidad de cosas... porque si tengo que pedírtelo ya no lo quiero" realmente fue como leerme a mí misma. Desde la última o penúltima relación decidí que a partir de entonces siempre diría lo que quería, lo que esperaba y lo que sentía, más nunca volvería a forzar a alguien a hacer o ser lo que no le nacía. Mi responsabilidad es hablar claro y queda en la otra parte qué hacer con esa información. Recurrentemente también he leído a hombres hablando de que no solo ellos deben pagar, que una mujer también debe invitar y tener esos detalles que el machismo nos hace esperar de ellos. A tanto contenido quejumbroso que devela nuestras aspiraciones y carencias emocionales me pregunto ¿Por qué no ha funcionado nada de lo que he y no he hecho? He sido paciente, cariñosa, he apoyado, he cuidado en la enfermedad, no he hecho escenas de celos (sí pero hasta después de haber rebasado un límite que contenía muchas faltas de respeto), he sido de esas que pagan la cuenta, invitan a las cervezas, tiene iniciativa, he dado votos de confianza una y otra vez... En fin, a esto le encontré múltiples respuestas cuya responsabilidad no cae exclusivamente en mí pero para resumir: todo tiene su tiempo y en una relación la cosa es de dos, por más que se esfuerce una persona si la otra parte no está en la misma sintonía simplemente no va a funcionar ni con todas las estrategias o buenas intenciones; tampoco va a funcionar si esa persona no comparte tus mismos valores emocionales, físicos, económicos y espirituales.

Con todo lo que he pasado, perdonado, penado y de cierto modo aprendido, he de confesar que algunas veces me es difícil darme mi lugar o poner un alto; ya sea porque se trate de alguien cercano o porque es alguien que me atrae y no quiero de algún modo quedar mal o lo más común, me he callado y aguantado ciertas cosas esperando que la otra persona "recapacite" y finalmente las cosas funcionen. Shame on me! Pero esa es harina de otro costal.

No quiero aburrirles, trataré de sintetizar mis pasados siete párrafos:
No deberíamos basar o medir lo profundo de nuestras relaciones por lo que se publica o no en una red social, está bien hacer algo que nos nace pero pensemos ¿lo hacemos de corazón o para marcar territorio? En caso de afirmar lo segundo ¡Evitemos dejarnos influir por algo que si no funciona, terminará en manos de un click pulsando el botón de "borrar"! además es muy lindo tener cierta privacidad y eso de estar escuchando ¿qué, ya terminaron? no es nada agradable. Aclaro, no digo que esté mal, solo que debe haber equilibrio y una pizca de prudencia y sensatez.
Seamos claros y honestos: Hay que decir qué sentimos, qué queremos, qué pensamos, a qué estamos dispuestos y qué esperamos desde un inicio.  Si damos amor, sexo, detalles, romanticismo, comunicación, apoyo, respeto, vamos a querer amor, sexo, detalles, romanticismo, comunicación, apoyo y respeto de vuelta; también aplica si no queremos nada serio o no queremos nada. Cabe mencionar, no andemos compartiendo imágenes con indirectas directas, hablemos las cosas y tratemos de hacerlo en el momento porque en teoría así es como se entiende la gente y "lotería pasada no es pagada".
Seamos justos: Aprendan a ceder. No hagan lo que no les gustaría que les hicieran. No pierdan el tiempo ni hagan que la otra persona lo pierda, no se demoren en terminar cuando se dan cuenta que no está funcionando y que no hay una intención mutua en mejorar las cosas. No hagan ni se hagan daño a sabiendas.
Tomemos responsabilidad: Aprendamos a escuchar nuestra intuición, que aunque en las mujeres esté más desarrollada los hombres también la tienen. Desde un inicio habrá algo que nos diga si nos conviene o no seguir por ese camino. Sobre aviso no hay engaño, aprendamos a escuchar lo que la otra persona nos dice con sus palabras, sus actos o sus silencios.

Lo siento, creo que más que una síntesis fueron otros siete párrafos compactados pero me despido pidiéndoles: no nos hagamos los malos, los insensibles; al final no somos más que bebés emocionales queriendo amar y ser amados. El amor en mi opinión es una decisión y una decisión no es querer hacer algo, es hacer algo. Las palabras se las lleva el viento y las publicaciones en cualquier momento se eliminan. El amor se demuestra con actos, con bondad, con respeto, con empatía y si les nace tener un gesto bonito con alguien ¡háganlo!.
No se desesperen, todo tiene su tiempo y su modo para ocurrir. Todo lo que tenga que pasar pasará y pasará cuando deba pasar. Por más decepciones y relaciones fallidas que tengan nunca dejen de creer que se merecen una relación linda, sana y funcional; tampoco condenen su futuro por lo que sucedió en el pasado. Que un hombre o una mujer no les haya valorado, no significa que todos o todas sean iguales o que el siguiente les hará lo mismo que el anterior, eso sí, reflexionen sobre lo que ustedes hicieron y traten siempre de sacar una lección positiva de cada experiencia. Vale la pena mencionarlo, tampoco se castiguen por los errores que cometieron, es cierto que todo en la vida se paga pero todos merecemos ser amados sin importar nuestros defectos o nuestra historia.

Y por favor no subestimen ni dejen en el olvido el "amor a la antigua" recibir un detallito de la persona que nos hace estremecer, sonreír, sonrojar, que nos enchina la piel y eventualmente enojar... puede ser más poderoso y efectivo que un post :)